Caminé osadamente y con rapidez hacia adelante; me froté los ojos, hablé en voz alta, me pellizqué las piernas. Sin transición me preguntó si quería a mamá. Era de la...
Todo cuanto podían hacer era agarrar, volar y pellizcar, pues tal es la naturaleza de esas bestias nocturnas. Tal es el problema, y no el de fijar en qué grados se ha...
Era muy aficionado a las sociedades secretas, y como tal consideraba al Santo Oficio. Ya no estaba bajo el árbol. El monopolio de la propiedad intelectual se introdujo...
Ouen miró y suspiró. En esos años, pues, yo no me atrevía a alentar siquiera la ambición de ser alguna vez sólo un escritor: un día me decía que, después de todo, por...
Pero Valdés no podía ver estas barbaridades y hace bien en tachar las pocas de La Celestina. Tenía a mis enemigos en mi poder. Por todo ello, al igual que todo proceso...